La Vida eterna es un regalo de Dios, y los regalos de Dios son irrevocables
En el último estudio, vimos que la Biblia nos dice que la salvación (que incluye la recepción da la vida eterna) no es por obras. Ahora vamos a enfocarnos en el hecho de que, en vez de ser por obras, la salvación es un regalo. Como dice Efesios 2.8-9, "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe." El mismo pasaje que nos dice que la salvación no es por obras, también dice que es un don, o regalo, de Dios. Hemos visto que si uno tuviera que trabajar para ganar la salvación o para mantenerse salvo, no podríamos decir honestamente que la salvación no es por obras. De la misma manera, tenemos que pensar claramente que si la Biblia dice que la salvación es un don, o regalo, no puede ser que nosotros tenemos que trabajar para mantenerla.
Otro versículo bien conocido, que dice que la salvación, o en las palabras del texto, "la vida eterna," es un regalo, es Romanos 6.23. Dice, "Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." El versículo presenta la gran diferencia entre la paga que merecemos por nuestro pecado, y el regalo que Dios nos da en Cristo Jesús. Merecemos muerte, o sea estar separados de Dios ahora y eternamente, pero por fe en Jesucristo, recibimos la vida eterna, que es una vida junto con Dios para siempre.
El concepto de un regalo es que el dador lo compra, y se lo da a otra persona sin costo. En cualquier otra situación en que una persona recibe lo que supuestamente es un regalo, pero en que siempre tenga la posibilidad de perder lo si no sigue fielmente ciertas condiciones puestas por el dador, diríamos que no era un regalo, sino un contrato. No podemos pensar que Dios usa palabras como don, regalo, y dádiva para referirse a una salvación que nosotros en realidad tenemos que luchar y trabajar para conseguir o para mantener. Dios es el dador mas generoso de todos, y sus regalos son eternos.
Si el concepto de un regalo es que el dador paga el precio para regalarlo a otro gratuitamente, tenemos que pensar también en el precio que Dios pagó para poder regalarnos la vida eterna. Dice Juan 3.16, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito...” El costo que Dios pagó era enorme. Él dio a su propio Hijo por su amor a nosotros. También nos dice 1 Pedro 1.18-19 que fuimos rescatados “con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.” Si Dios pagó un precio tan grande para salvarnos, y si él mismo dice que lo que nos ofrece es un regalo, sería insultar a él y a su gracia pensar que nosotros tenemos que pagar algo para recibir o para mantener el regalo. El regalo se recibe solo por fe en Jesucristo, y se mantiene para siempre por la gracia de Dios.
Sería natural pensar que si algo es un regalo, una vez que haya sido recibido, no se lo quita por el dador. Aun si la Biblia no nos dijera específicamente que los dones de Dios no se lo quitan, podríamos razonar lógicamente que si la vida eterna realmente es un regalo, Dios no se la quita por cualquier tipo de fallo en la vida de la persona que la haya recibido. Pero la verdad es que no tenemos que solo razonar, porque la Biblia nos indica muchas veces que la vida eterna dura para siempre y que no se puede perder. En otro estudio vamos a ver algunas de las declaraciones bíblicas más claras acerca del tema de le seguridad eterna, pero para terminar la discusión de la vida eterna como un regalo, tenemos que ver lo que dice Romanos 11.29, "Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios." Aunque el contexto habla de Israel y su llamamiento como el pueblo de Dios, y no de la vida eterna en sí, la declaración es verdad y se puede aplicar en una manera más general. Si Dios da un don o un llamamiento, es irrevocable. Irrevocable quiere decir que es para siempre, y que no puede ser revocado. Entonces, la Biblia nos dice, en las palabras mas claras posibles, que la vida eterna es un regalo de Dios, en vez de algo que merecemos, y también nos dice que los dones de Dios son irrevocables.
Si tu has creído en el Señor Jesucristo como tu Salvador, confiando en él para recibir la vida eterna que él promete, has recibido su regalo, y puedes tener la confianza de que un regalo de Dios es para siempre. Puedes vivir en confianza y agradecimiento por haber recibido el regalo tan precioso de Dios.